Cuando pensamos en sexo tántrico lo primero que nos viene a la cabeza es un sexo consciente, lento, armonioso, repleto de masajes y caricias interminables, ¿verdad?
Pero, ¿Qué es lo que realmente hay detrás del Tantra y cuáles son los secretos mejor guardados de los profesionales del sexo tántrico? Lo cierto es que se trata de un conocimiento al que en muy pocas ocasiones tendrás la oportunidad de acceder.
Y hoy es una de ellas, ¡no te lo pierdas que te vas a sorprender!
El sexo tántrico, los masajes y el tiempo
Uno de los primeros consejos que nos da un maestro del sexo tántrico es que el tiempo del que dispongamos para una sesión de masajes eróticos ha de ser más que suficiente para disfrutar de los juegos previos, del masaje propiamente dicho y del espacio de relajación posterior.
El masaje tántrico jamás debe ser un simple trámite ni quien disfruta del masaje ha de sentirse presionado por el reloj, ni siquiera mínimamente. Si no cuentas con el tiempo
necesario para recibir o para dar un masaje tántrico, lo más conveniente es que lo dejes para otro día.
En síntesis, si quieres obtener todos y cada uno de los beneficios increíbles que aporta un buen masaje erótico tántrico: ¡nada de prisas!
¿Sexo? Lo menos posible.
Sí, así como lo lees: lo menos posible.
Es bastante habitual ver cómo los famosos que practican el sexo tántrico alardean de que tienen sexo en todo lugar y a todas horas. A esto se lo puede llama sexo desenfrenado o sexo caótico, pero jamás sexo tántrico.
El sexo tántrico requiere de una contención sexual prolongada en el tiempo para que podamos ser capaces de acumular la mayor cantidad de energía sexual posible. Así y solo así, podremos disfrutar de las mieles del Tantra, de esas mieles que solo están reservadas a unos pocos.
¿Cuánto tiempo nos aconsejan los profesionales del masaje tántrico que hemos de esperar entre una y otra sesión? Prácticamente todos coinciden en que, como mínimo, han de haber pasado quince días. De otra forma, solo podrás disfrutar de migajas de la magia del Tantra y, por supuesto, los beneficios obtenidos serán menores.
¿En cualquier sitio? ¡De ninguna manera!
La práctica del sexo tántrico debe llevarse a cabo en un espacio en el que podamos sentir que es un verdadero templo del amor.
Jamás deben faltar las velas de diferentes colores, los aromáticos sahumerios y las flores recién cortadas para propiciar el ambiente. Tampoco han de faltar los aceites corporales específicos para la lubricación de todo el cuerpo, incluso de las zonas íntimas. La elección de una música adecuada para el momento, que no sea estridente ni que desconcentre es muy importante.
Y algo fundamental a tener en cuenta: tiene que ser un espacio de absoluta calma, en el que estéis seguros de que nadie vendrá a golpear la puerta inopinadamente. ¡Ah! y por supuesto: ¡móviles bien lejos!
¡Atención a la respiración!
Uno de los aspectos más importantes a cuidar es la respiración. Concentrarse en ella y sincronizarla con el ritmo de los masajes eróticos y del contacto sexual es imprescindible para alcanzar el punto máximo de placer.
Los profesionales del sexo tántrico aconsejan, como paso inicial, sentarse uno en frente del otro y comenzar a respirar juntos lenta y sincronizadamente. A continuación, realizar una breve meditación en conjunto os ayudará a terminar de equilibrar definitivamente vuestras energías.
Es tiempo para las caricias
Las caricias juegan un papel único en el sexo tántrico. Y no hablamos de esas caricias que nos prodigamos habitualmente y que son realizadas de forma cariñosa y espontánea. Sino que hablamos de caricias bien planificadas, que junto con el aceite que tenemos preparado van extendiéndose lenta y conscientemente por el cuerpo completamente desnudo de nuestra pareja. Eso sí, y esto es muy importante, en un principio las caricias NO deben incluir los pechos y los genitales.
Este masaje debe durar aproximadamente unos quince minutos. Luego, es aconsejable descansar, mirarse profundamente a los ojos y acto seguido, comenzar a besarse suave y tiernamente recorriendo por completo el cuerpo del otro. Ahora sí, llega el momento de rozar lenta y suavemente los genitales con la boca hasta sentir que el otro se excita visiblemente.
Penetración y orgasmo: dos prácticas no indispensables
Cuando llegamos a este momento, la penetración puede o no ser una opción. Así como el orgasmo puede o no alcanzarse, ya que no es el fin último del sexo tántrico.
En este punto nuestras chicas y chicos masajistas tántricos aconsejan hacer lo que el corazón os dicte. ¿Os dicta penetración? Perfecto, es momento de dedicarse a ello con todo el corazón y la suavidad del mundo. Si después de la penetración deseáis buscar el orgasmo, ¡maravilloso!
Y si no lo deseáis será igualmente satisfactorio porque habréis atravesado por todo el proceso anterior que os abrirá las puertas a esa tan deseada conexión con lo Divino y con vosotros mismos.
Y tú, ¿has vivido alguna experiencia singular con el sexo tántrico? ¡Compártela con nosotros en los comentarios!