Aunque en teoría el Tantra y el BDSM son dos prácticas totalmente dispares, en la práctica se convierten en dos mundos absolutamente compatibles por lo que deberían poder unirse en lo que se ha dado en llamar BDSM tántrico.
Hoy veremos en profundidad el resultado que puedes obtener de esta increíblemente adictiva conjunción de técnicas eróticas. Aprenderemos qué es la polaridad y la presencia y cómo utilizarlas para nuestro placer sexual.
BDSM y Tantra: ¿dos caras de una misma moneda?
El Tantra, a los ojos del mundo occidental, se ha transformado en sinónimo de sexo tántrico. Cuando pensamos en Tantra vemos en nuestra mente una imagen de dos amantes inmersos en una placentera experiencia sexual mística y espiritual.
Es muy habitual ver al Tantra como una práctica totalmente opuesta al BDSM, ya que este está basado precisamente en encontrar el éxtasis en la esclavitud y la displicina, el sadismo y el masoquisimo, el dominio y la sumisión. Asimismo, el BDSM ofrece una variedad inmensa de actividades que abarcan desde el amo que maneja el látigo hasta el esclavo que recibe todo tipo de humillaciones.
No obstante, a pesar de los diferentes métodos para alcanzar el placer físico, el BDSM y el Tantra son dos ramas de un mismo árbol cuyas raíces tienen un origen común.
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Polaridad y presencia: el punto de equilibro de la tensión sexual
Estas dos cualidades, polaridad y presencia, se encuentran activas en ambas prácticas: BDSM y sexo tántrico.
● En el sexo tántrico la polaridad se expresa como la acción de dar y recibir energía sexual.
● En el BDSM la polaridad se expresa como la acción de dominancia y sumisión.
La tensión sexual emanada de la polaridad es lo que da vida a una experiencia erótica completa de dos personas dotadas de una esencia sexual distinta.
Imagina que te encuentras en un escenario de BDSM en el cual ambos miembros de la pareja son dominantes. Es decir, ambos anhelan dar y ninguno de los dos está dispuesto a tomar el rol de esclavo.
Ahora piensa en un escenario de sexo tántrico en la que ambos desean recibir la sensualidad del Tantra y ninguno está dispuesto a ofrecerla. Estas dos situaciones hipotéticas nos indican que tanto el sexo tántrico como el BDSM están fundamentados en las diferencias de energía y en la tensión sexual que se origina en la polaridad dentro de la pareja.
¿Qué es la presencia?
La presencia en el BDSM es la conciencia activa sobre el dolor erótico consentido de quien inflinge ese dolor y de quien lo recibe. Es fácil azotar a tu pareja sumisa o dejar que te azote tu pareja dominante, ¿verdad? Lo que no es tan fácil es estar presente en el aquí y el ahora. Esa presencia emana particularmente del sexo tántrico.
Por tanto, cuando hablamos de presencia nos adentramos en la clave principal que convierte el BDSM y el sexo tántrico en BDSM tántrico.
Cuando nos referimos a la presencia estamos hablando de estar conscientes en el aquí y ahora mientras se mantiene una relación sexual.
Existen muchos métodos para practicar la presencia. Y aquí es donde comienza a jugar un papel fundamental la meditación tan valorada en el Tantra. Es entonces cuando la meditación se convierte en la herramienta principal del BDSM, ya que provoca en cada miembro de la pareja un estado de calma física y mental que ayuda a mantener el control
sobre los azotes, las humillaciones, las restricciones y cualquier otra práctica consentida que forma parte del Bondage y del Sadomasoquismo.
El BDSM tántrico y la conciencia
En este punto ya podemos comprender que el BDSM va mucho más allá de dar o recibir sensaciones excitantes. Se trata de que, en cada acción que recibamos o brindemos al otro, seamos capaces de estar completamente presentes y manteniendo el control en todo momento.
Gracias a la conciencia que otorga la presencia podemos realizar un intercambio fluido y dinámico de energía sexual que se traduce en placer erótico en su máxima potencia.
¿Cómo estar presente durante una experiencia de BDSM tántrico?
A continuación te daremos tres consejos imprescindibles para conseguir una presencia profunda en tu práctica tántrica de BDSM.
1. Mantén tu juego siempre seguro y consensuado. Esto es fundamental para propiciar la presencia y no solo por la mera consciencia que se adquiere en el acto en sí, sino también por la paz que otorga a todos los involucrados al tener la seguridad de que no se hará ningún daño accidentalmente a nadie. Imagina qué sucedería si te sintieras amenazado o inseguro, la preocupación no te dejaría disfrutar como lo mereces, ¿verdad?
2. Sin distracciones. Cuídate de realizar tus prácticas en un sitio donde nadie pueda molestarte ni haya objetos que puedan distraerte.
3. Respira acompasadamente. Acompaña siempre tus experiencias con una respiración calmada y rítmica.
Y recuerda, presencia y polaridad son las claves imprescindibles para practicar un BDSM tántrico tan excitante que logres alcanzar un éxtasis completamente fuera de lo común e inolvidable.