Las plumas existen en el planeta Tierra desde que los primeros dinosaurios evolucionaron como aves.
Nadie duda de que son suaves, vistosas y suelen relacionarse con las características femeninas, de allí la popular frase: “tener pluma”. Protegen a las aves del frío, les permiten volar y, como si fuera poco, poseen un importante papel en el cortejo y la reproducción.
Hasta ahí todo muy bien, pero qué tienen que ver las plumas con los masajes tántricos, te estarás preguntando. Pues hoy te invitamos a sumergirte en el apasionante mundo de las plumas, el placer sexual y los masajes eróticos, ¿nos acompañas?
El papel de las plumas en los rituales sagrados
Las plumas no solo son importantes para las aves sino que también llegan a jugar un papel fundamental a la hora de comunicarnos a nivel espiritual con personas de nuestro entorno y despertar, incluso, una atracción sexual inesperada en ellas.
Y es que estas curiosas formaciones córneas han sido objetos muy codiciados a través de los siglos. Han formado parte tanto de ritos religiosos como de rituales chamánicos. Fueron y siguen siendo objetos sagrados con significados tales como la protección, la fuerza, la salud o la energía mental, física, sexual y espiritual.
Algunos tipos específicos de plumas han sido y son utilizados como amuletos y talismanes, tanto por los indígenas americanos como por los egipcios o los monjes tibetanos.
Es esta estrecha relación entre las plumas, el misterio y el erotismo la que seguramente ha inspirado los ritos de sexo sagrado en los chamanes quienes, mediante la activación de la energía que encierran, despiertan su poder acariciándolas y soplándolas.
Las plumas, los masajes tántricos y la sexualidad
¿Pero cuál es la relación entre las plumas, el Tantra y los masajes eróticos?
La respuesta es sencilla: si bien las plumas en sí mismas no tienen nada que ver con la sexualidad, si las observamos desde el punto de vista del Tantra encontraremos que hay mucho más para analizar en ellas.
Y en este sentido, las plumas son un complemento ideal para realizar un masaje erótico tántrico a personas de cualquier sexo e identidad sexual.
¿Cómo dar un masaje tántrico con plumas?
Como es de imaginar, un masaje tántrico puede ser dado por cualquier persona sin necesidad de que haya estudiado o sea un experto en estas artes. La energía Divina no tiene sexo por lo que da igual quién te brinde el masaje, lo más importante es que quien emplee las plumas sepa usarlas para transmitir la espiritualidad que encierran.
El primer paso para recibir unmasaje tántrico con plumas es elegir un lugar tranquilo en el que sepas que nadie va a interrumpiros. El masaje ha de ser brindado en un ambiente dispuesto especialmente para disfrutar al máximo del mismo. Música sensual, luz tenue, velas aromáticas… todo aquello que contribuya a crear una atmósfera de paz y armonía te ayudará a sacar el mayor provecho de la sesión.
Ahora llega el momento de desnudarte completamente y recostarte boca abajo en una cama o tatami. A continuación, has de iniciar la relajación por medio de una respiración profunda y entregarte por completo a las manos de tu masajista que comenzará a deslizar las plumas por tu cuerpo.
Desde el cuello pasará a la espalda, siguiendo por los muslos hasta llegar lentamente a los pies. Es conveniente no deslizar las plumas por aquellos lugares en los que se intuya que puedan despertar cosquillas para no romper la magia del ambiente.
Las plumas servirán de nexo para conectarte con tu yo interior, por lo que lo fundamental es que con cada roce puedas encontrar tu esencia Divina a través del despertar de tus zonas erógenas.
Llega el momento de girarte y ponerte boca arriba. A medida que sientas la suavidad de las plumas deslizándose por tu cuerpo es importante que vayas tomando conciencia de cada una de tus sensaciones. Abre tu mente a lo nuevo y siente el placer de explorar tu verdadera sexualidad.
Aprovecha el tacto de las plumas para conectar con tus zonas más sensibles. Da rienda suelta sin miedo a tu vulnerabilidad porque estás en un lugar donde no tienes nada que temer. A medida que las plumas acaricien tus partes íntimas libérate de tus pensamientos y déjalos fluir libremente.
Una vez que tu masajista haya deslizado las plumas por tus zonas erógenas: pezones y vulva en el caso de las mujeres o pene y testículos en el caso de los hombres, llega el momento de embadurnar tu cuerpo con aceite específico para masajes y de sumergirte en las artes del masaje erótico tántrico propiamente dicho.
¿Qué te ha parecido esta nueva forma de conectar con tu ser interior a través de las plumas? ¿Qué tal si la pones en práctica y regresas para contarnos qué sensaciones nuevas te ha proporcionado?