Cada persona es un mundo y en ese mundo puede caber una infinita cantidad de prácticas eróticas que provocan sensaciones extremadamente placenteras. Entre ellas podemos mencionar las filias, los fetiches y las parafilias.
El sploshing es una práctica sexual que se relaciona con la comida y con el placer de untarse el cuerpo con ella. El objetivo principal es que te unten y te “coman” o untárselo a otra persona y “comerla”.
El nombre de este fetiche proviene de la revista británica Splosh que mostraba mujeres con el cuerpo embadurnado con comida como reclamo erótico. Esta revista solo se mantuvo dos años en el mercado, desde 1989 hasta 2001, sin embargo ha dejado una herencia imborrable en esta práctica erótica cada vez más extendida.
¿En qué consiste exactamente el sploshing?
El sploshing consiste en que te embadurnen o embadurnar el cuerpo desnudo de otro con cualquier tipo de comida, cremas, geles comestibles o bebidas Se utilizan especialmente alimentos que en contacto con el cuerpo se derriten y resbalan sobre él. La finalidad del sploshing es, por supuesto, la de proporcionarse mutuo placer sexual.
En definitiva, el sploshing consiste en transformar el cuerpo de una persona en una comida en sí misma.
Básicamente se trata de una práctica que forma parte del conjunto de fetichismo WAM, también conocido como “húmedo y sucio”. El WAM es una forma de sexualidad a partir de la cual, la excitación se consigue aplicando grandes cantidades de productos no comestibles sobre la piel desnuda. Se usan alimentos tales como aceites lubricantes para maquinarias, espumas de afeitar, barro, etc.
A diferencia del WAM, el sploshing solo utiliza productos comestibles y posee numerosas variantes que van desde comer sobre el cuerpo del otro hasta destrozar la comida sobre él.
El placer de comer y ser comido
Existe otra práctica sexual denominada bodypainting que lleva implícita un principio semejante al sploshing.
El bodypainting en su vertiente erótica consiste en dibujar con salsa de sirope de fresa o de chocolate sobre el cuerpo de tu compañero o compañera de juegos y, a continuación, lamerlo siguiendo metódicamente el dibujo.
Así como el sploshing, la mayoría de estos fetiches no solo tienen por objetivo el derramar “sin darte cuenta” comida sobre tu pareja o que ella la derrame sobre ti, sino también el de hacerlo de forma sucia. Esta modalidad forma parte de algunas prácticas de BDSM, en las que antes de darle de comer a alguien, se le atan las manos y se le vendan los ojos de modo que se transforma en una práctica erótica altamente sensitiva.
El sploshing y sus diversas modalidades
Otro fetiche de similares características es el bodysushi. Se trata de una versión más ligth del sploshing. A diferencia de este, que transforma a la persona en una comida en sí misma, en el bodysushi debes convertir a tu compañero o compañera sexual en el plato sobre el cual has de servir la comida. La “comida” ha de permanecer quietecita y esperando pacientemente a ser lamida y comida.
Como ya hemos mencionado anteriormente, cualquier tipo de alimento sirve para practicar sploshing: leche, vino, helado, crema de cacao, el límite está en tu imaginación. Y, por supuesto, no necesitas tener una compañía sexual para llevar a cabo este fetiche, puedes hacerlo en soledad mientras embadurnas con comida tu propio cuerpo.
Una variante del sploshing es la de sentarse encima de la comida. Habitualmente se utilizan tartas de nata porque son más fáciles de aplastar. Si te atrae esta forma de sexualidad, el placer que sentirás mientras la tarta va mojándote la ropa interior, rozándote
los genitales y escurriéndose por todo tu cuerpo al tiempo que te lames los dedos, es imposible de describir con palabras.
¿Tiene algún riesgo la práctica del sploshing?
El único riesgo a valorar es que la comida a utilizar no esté en buen estado o sea difícil de digerir. Asimismo, es aconsejable no utilizar alimentos agresivos para evitar irritaciones o infecciones en la zona genital. Una limpieza exhaustiva de manos y cuerpo al finalizar, es completamente indispensable.
Por supuesto que, como en todo tipo de prácticas diferentes a las tradicionales, ambos miembros de la pareja deben estar de acuerdo. Además, han de tener la precaución de escoger un sitio de total intimidad. Recuerda que al acabar el juego toca el trabajo de asear el espacio utilizado. En caso de que elijas hacerlo en la bañera es importante recoger bien la comida restante para evitar atascos en las tuberías.
Y tú, ¿has practicado alguna vez el sploshing? ¿Te ha gustado la experiencia? Déjanos tus comentarios.